Hace unos meses, en concreto aquí, comenzamos a publicar una muestra de dobletes del español, fruto del trabajo que ya desde hace tiempo nuestra compañera Janick Le Men Loyer viene realizando, con el fin de elaborar un futuro diccionario con ellos. Entonces, incluimos el ejemplo salario/salero. Ahora os dejamos una nueva entrega.

denario/dinero

 

Las dos palabras proceden del latín dēnārius, cuyo significado inicial es ‘moneda de plata que valía diez ases’ (después su valor pasó a 16 ases, pero conservó su nombre), de ahí su símbolo ‘X’, o también ‘[moneda de plata que valía] cuatro sestercios’, y, ya en la época del Bajo Imperio, ‘pequeña moneda de cobre’.

 

Dēnārius deriva de dēni, ‘cada diez’, distributivo correspondiente a decem ‘diez’, de la raíz indoeuropea *dékṃ ‘diez’.

 

Esta moneda fue acuñada por primera vez en el año 268 a.C (según testimonio de Tito Livio) y su uso duraría hasta el año 360. En la Biblia (Mateo 20:2, y Juan 12:5), aparece la voz como ‘pago que se le da a un trabajador por una jornada de labores’ [con este significado se encuentra recogida también en el Diccionario de Autoridades de la RAE, según se observa en la tercera entrada «denario» de la imagen de abajo]. El término actual deriva del denario acuñado por Carlomagno a finales del siglo VIII.

 

En español, la voz denario aparece por primera vez en 1090: De Napos tres denarios, de assino uno denario, de peone uno garfato [CORDE. Anónimo. Fueros de Villavicencio]. Está recogida por Covarrubias en su Tesoro (1611) con la acepción de ‘cierta moneda de plata cerca de los romanos, que en el principio se trocaba por diez ases, de donde tomó el nombre’, así como en el Diccionario de Autoridades de la RAE, con una acepción similar, además de otras. Hoy, como sustantivo, tiene las de ‘moneda romana de plata, que equivalía a diez ases o cuatro sestercios’ y ‘moneda romana de oro, que valía 100 sestercios’:

La voz dinero aparece por primera vez en 1068: et dedistis mici precium in eam CCC solidos de dineros [CORDE. Anónimo. Donación de la villa de Larrés. Documentos correspondientes al reinado de Sancho Ramírez). Está recogida por todos los grandes lexicógrafos (Alfonso de Palencia, Nebrija, Covarrubias y por la RAE, desde el Diccionario de Autoridades). Hoy, tiene muchas acepciones, entre ellas, la de ‘moneda corriente’ (DLE, 1 de 8):

La diferencia fonética sobre la que se basan ambas palabras se relaciona con la evolución del sufijo –ariu: se mantiene en la palabra culta (denario) y sufre la evolución regular en el término patrimonial (dinero), como otras tantas (fructuario/frutero; heriditario/heredero; operario/obrero, etc).